Los vecinos del edificio de apartamentos y oficinas ubicado en el número 3 de la calle Princesa han manifestado su consternación y preocupación tras el fallecimiento de una mujer el pasado martes. Según los residentes, este incidente no es un hecho aislado, sino el resultado de un problema endémico que afecta al edificio desde hace tiempo. Alegan que las condiciones de infraestructura y seguridad han estado deteriorándose, y han intentado infructuosamente llamar la atención de las autoridades y los administradores de la propiedad. Los reclamos se centran en deficiencias en el mantenimiento, la presencia de sistemas de seguridad obsoletos y una falta de respuesta eficiente a las múltiples quejas registradas por los inquilinos.
En reuniones recientes, los inquilinos han decidido unirse para presionar por medidas concretas que garanticen la seguridad y el bienestar de quienes habitan y trabajan en el lugar. Además, han solicitado una auditoría exhaustiva a las instalaciones del edificio para identificar y remediar las posibles amenazas que continúan latentes. Aunque esperan que el trágico incidente sirva como catalizador para lograr cambios significativos, también han criticado la lentitud con la que se han abordado sus preocupaciones históricas, generando un clima de frustración y alarma entre la comunidad afectada.
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