Las obras de reforma en varias zonas de la ciudad han generado un clima de frustración e incomodidad entre los residentes y las asociaciones de vecinos. Muchos de estos trabajos se extienden hasta altas horas de la noche, perturbando la tranquilidad de los ciudadanos. Los afectados relatan que el ruido y el desorden han convertido sus noches en un auténtico calvario, obligándolos a enfrentar constantes interrupciones en su descanso y una considerable disminución en su calidad de vida.
Las asociaciones vecinales se han reunido para presentar quejas formales a las autoridades, exigiendo una regulación más estricta sobre los horarios de trabajo y un compromiso para minimizar el impacto en las horas de descanso. Además, solicitan mayor comunicación y planificación para evitar que las obras se prolonguen innecesariamente. La falta de respuesta por parte de las administraciones ha incrementado la tensión, y los afectados demandan soluciones inmediatas para recuperar la normalidad en sus rutinas diarias.
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