Las autoridades han identificado a una facción de hooligans implicados en diversas actividades delictivas, incluyendo el narcotráfico, la planificación de atentados terroristas y agresiones inusuales para cobrar deudas. Esta última, una táctica inusual, involucra el uso de un vibrador como arma intimidatoria, reflejando los métodos extremos y creativos que estos grupos adoptan para lograr sus objetivos. Las investigaciones están en curso para desmantelar estas redes criminales que operan bajo la fachada de aficionados deportivos, y se espera que se realicen más detenciones en los próximos días.
La policía ha redoblado los esfuerzos para acabar con la influencia de estas bandas, que no solo amenazan la seguridad pública, sino que también dañan la imagen del deporte y su entorno. Con la creciente preocupación por el aumento de la violencia vinculada a eventos deportivos, los expertos instan a una colaboración internacional más estrecha para frenar estas actividades y asegurar que los hooligans enfrenten todo el peso de la ley. Las operaciones buscan no solo arrestar a los implicados, sino también desmantelar las estructuras de poder que sustentan sus actividades ilícitas.
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