En el intrigante mundo del ajedrez, Liren Ding, de 32 años, es un personaje atípico, tan culto y modesto como talentoso en el tablero. Sin embargo, tras su coronación como campeón mundial en abril de 2023, su salud física y mental se resintieron, llevándolo a descender al puesto 22º del escalafón ajedrecístico. En el Mundial de Singapur, Ding enfrentó al prodigio indio Dommaraju Gukesh, quien finalmente lo derrotó por 7,5-6,5. Aunque el resultado le permitió remontar al puesto 17º, no pudo conservar su título. Atribuye este resultado a la falta de confianza y al miedo al fracaso, y confiesa haber afrontado el torneo con las manos temblorosas, sintiéndose incómodo tanto en su juego como físicamente. A pesar de todo, Ding mira al futuro con la esperanza de recuperar la forma que lo llevó a ser considerado el segundo mejor del mundo en 2019, tras Magnus Carlsen.
La trayectoria de Ding ha estado marcada por desafíos, desde la presión de defender el título mundial tras ganarlo en un épico desempate contra Ian Niepómniashi, hasta las cuarentenas pandémicas en China y Rusia. Aunque muchos menosprecian sus éxitos en torneos rápidos a través de internet durante 2021 y 2022, Ding considera que fueron la base para su triunfo mundial. Reconoce haberse abstenido de contratar un psicólogo, una omisión costosa que afectó su estrategia y gestión durante las partidas. Sin embargo, el campeón ha manifestado su intención de seguir compitiendo, menos motivado por lo económico y más por el deseo de demostrar que puede volver a alcanzar su máximo potencial. Planea participar en menos torneos a futuro, concentrándose en dar lo mejor de sí mismo y revitalizando su carrera en el ajedrez.
Leer noticia completa en El Pais.