En la localidad valenciana de Paiporta, el impacto emocional tras el paso de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) se hace evidente en las calles a través de carteles que recuerdan a los vecinos desaparecidos. «No estamos todos, faltan 45 vecinos», se lee en numerosos rincones del pueblo, en un esfuerzo por mantener viva la memoria de aquellos que no lograron superar las aterradoras condiciones climáticas. La DANA, que azotó la región con lluvias torrenciales y vientos huracanados, dejó un saldo devastador, no solo en infraestructuras y pérdidas materiales, sino también en vidas truncadas y familias desgarradas.
El sentimiento de comunidad y la necesidad de recordar a los ausentes se han convertido en una bandera de resiliencia para los habitantes de Paiporta. En medio de la reconstrucción, tanto física como emocional, el mensaje en los carteles no solo busca honrar a los que ya no están, sino también servir como una llamada de atención ante la fragilidad humana frente a los desastres naturales. Este recordatorio constante refleja una herida abierta en la colectividad, que resiste y mantiene viva la lucha por la memoria y la preparación ante futuras eventualidades climáticas.
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