Este verano, con el dilema de financiar las vacaciones sin ahorros, los españoles deben elegir entre la tarjeta de crédito o un préstamo personal. Según datos del Banco de España de abril de 2025, el tipo de interés medio de las tarjetas de crédito es de un elevado 18,5%, mientras que los préstamos personales se presentan con un interés del 7,5%. Esto significa que financiar 1.000 € durante un año con tarjeta puede generar más de 100 € en intereses anuales, frente a menos de 40 € con un préstamo personal, un sobrecoste del 145%.
La diferencia se debe a que, pese a los cambios en los tipos del Banco Central Europeo (BCE), los intereses de las tarjetas se mantienen alrededor del 18%, sumando comisiones que elevan el coste real. Además, alargar el plazo de devolución casi duplica los intereses en tarjetas, mientras que en préstamos personales el aumento es moderado. Retirar efectivo con tarjeta incrementa aún más los cargos por las altas comisiones.
Financiar 3.000 € a doce meses con tarjeta puede costar 185 € más que con un préstamo personal. Al extender el plazo a 24 meses, el sobrecoste llega hasta 370 €. Estos números ponen de manifiesto que, aunque usar la tarjeta es rápido y cómodo, el costo adicional es desventajoso, especialmente en financiaciones mayores y plazos prolongados.
Por lo tanto, la decisión de cómo financiar las vacaciones merece una reflexión cuidadosa sobre las finanzas personales. Optar por un préstamo personal no solo permite un ahorro significativo en intereses, sino que también evita comisiones ocultas y sorpresas desagradables. Mientras que para pequeñas cantidades y a corto plazo la tarjeta puede ser válida, en situaciones de mayor envergadura, el préstamo personal es la opción más sensata para cuidar el bolsillo y prevenir endeudamientos innecesarios.