Vecinos de diferentes barrios de la capital han levantado la voz ante el notable deterioro de las aceras, que se ha convertido en un problema creciente de seguridad para los peatones. En las últimas semanas, han aumentado las denuncias debido a tropezones y caídas, especialmente entre las personas mayores, quienes son más vulnerables. A través de redes sociales y medios locales, los afectados han compartido imágenes que demuestran el mal estado del pavimento, con baldosas sueltas, rotas o levantadas, que representan un obstáculo diario para quienes transitan las vías urbanas. Esta situación no solo dificulta el paso de peatones, sino que también genera inconvenientes para personas con movilidad reducida, carritos de bebé y bicicletas.
Las autoridades municipales han recibido numerosas quejas formales, impulsando el debate sobre la necesidad urgente de realizar mejoras en la infraestructura urbana. Algunos representantes locales han señalado que los fondos destinados a mantenimiento son insuficientes, lo cual podría explicar el deterioro progresivo que se ha observado en los últimos años. Mientras tanto, los ciudadanos exigen una respuesta rápida y efectiva para prevenir accidentes y mejorar la calidad de vida en la ciudad. Los próximos meses serán cruciales para determinar si estos reclamos se traducirán en acciones concretas por parte del gobierno municipal.
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