Las tensiones en Oriente Próximo continúan escalando con un número cada vez mayor de víctimas mortales en el conflicto entre Israel y el Líbano. El Ministerio de Salud Pública libanés reportó que la cifra de muertos ha ascendido a 2.986, tras una jornada en la que se registraron 18 fallecidos y 83 heridos debido a los continuos bombardeos israelíes desde el 23 de septiembre. Las incursiones israelíes han afectado principalmente las regiones del sur y el este del Líbano, incluyendo la capital, Beirut. En paralelo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha insistido en la necesidad de que Israel tenga la capacidad de imponer cualquier acuerdo de alto el fuego con Hezbolá, destacando la importancia de mantener al grupo lejos del río Litani y prevenir su rearme.
En el frente palestino, el conflicto es igualmente devastador. Las fuerzas israelíes continúan su ofensiva en la Franja de Gaza, donde la cifra de muertos palestinos ha alcanzado los 43.341, con más de 102.100 personas heridas, según las autoridades de Hamás. La situación humanitaria es crítica, con una escasez creciente de ayuda desde el inicio de los ataques el 7 de octubre de 2023. Además, la tensión crece con la confirmación de la muerte de tres altos comandantes milicianos por parte de las fuerzas israelíes, y la detención en Siria de un sospechoso de espionaje a favor de Irán. En este contexto, Estados Unidos ha lanzado una seria advertencia a Irán para que se abstenga de nuevos ataques contra Israel, advirtiendo de la incapacidad de contener a su aliado si la situación se agrava, en medio de rumores sobre posibles acciones inminentes por parte de Irán.
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