En el juicio por una agresión ocurrida en Galicia, Alejandro M.R., uno de los testigos clave del caso, declaró que inicialmente intentó interceder para detener la pelea que implicaba a varios individuos. Sin embargo, tras intentar separar a los participantes, confesó que prefirió no involucrarse más, optando por apartarse de la escena. Durante su testimonio, además de expresar su deseo de mantenerse al margen del incidente, Alejandro reconoció haber observado a dos de los acusados propinando golpes a la víctima, lo cual complica la defensa de los procesados.
Este testimonio ha sido fundamental en el contexto del juicio, ya que ofrece una perspectiva directa sobre los hechos sucedidos. Alejandro M.R. detalló cómo, a pesar de sus esfuerzos iniciales por mediar, la violencia prevaleció y prefirió no asumir más riesgos para su propia seguridad. Sus observaciones sobre la participación directa de los acusados en la agresión se suman a las pruebas presentadas por la fiscalía, quienes buscan esclarecer la responsabilidad de cada implicado en el ataque. La declaración se suma a una serie de testimonios que configuran el panorama judicial del caso, marcando un punto crucial en las deliberaciones de los jueces.
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