Las tensiones entre Estados Unidos y Europa han aumentado tras los recientes enfrentamientos verbales del presidente estadounidense Donald Trump con el líder ucraniano Volodímir Zelenski en la Casa Blanca. Las acusaciones de Trump, quien acusó a Zelenski de «jugar con la tercera guerra mundial» y defendió al presidente ruso Vladímir Putin frente a las acusaciones de interferencia electoral, han generado creciente malestar en Europa. Líderes de las principales instituciones de la Unión Europea, así como los mandatarios de varios países europeos, han mostrado su solidaridad con Ucrania y su presidente. En redes sociales, figuras como el presidente español Pedro Sánchez han reafirmado su apoyo a Zelenski sin mencionar directamente la actitud de Trump, mientras que el presidente del Consejo Europeo António Costa y el presidente francés Emmanuel Macron han telefoneado a Zelenski para expresar su respaldo.
La respuesta europea ha sido unánime en apoyo a Ucrania, aunque con algunas excepciones del ala ultraderechista. Alemania, Francia, Lituania y Suecia, entre otros, han afirmado su compromiso inquebrantable con Ucrania en su lucha contra la agresión rusa. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto con otros líderes europeos, ha reconocido la valentía del pueblo ucraniano y ha enfatizado la necesidad de seguir trabajando por una paz duradera. No obstante, figuras como la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el primer ministro húngaro Viktor Orbán han manifestado opiniones divergentes, destacando la división dentro de Europa sobre la estrategia a seguir en la crisis con Rusia. Mientras, desde Rusia, los ataques verbales de Trump han sido celebrados por figuras como el expresidente Dmitri Medvédev, lo que evidencia la complejidad de las dinámicas políticas en juego.
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