En una secuencia de hechos que ha generado un intenso debate, las empresas ARGEA CONSULTORES S.L y PUNTO DE ENCUENTRO, ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN DEL TERRITORIO S.L. han iniciado un procedimiento de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) tras la reciente creación de secciones sindicales por parte de sus trabajadores. Los empleados, a través de estas secciones sindicales, habían solicitado formalmente el reconocimiento de sus categorías profesionales, el cumplimiento del convenio en materia de retribuciones económicas y condiciones de trabajo dignas y seguras.
A pesar de diversos intentos por parte de los trabajadores para establecer un diálogo constructivo, la empresa accedió finalmente a reunirse con los delegados sindicales. En dicho encuentro, se reconoció la situación precaria que aqueja a los empleados. No obstante, la respuesta empresarial fue la apertura de un ERE, alegando motivos económicos y técnicos, con la intención de despedir a 19 trabajadores de un total de 37 dados de alta en la Seguridad Social. Estos despidos incluyen 14 auxiliares de arqueología, 4 técnicos de arqueología y un oficial de segunda, quienes recibirán una indemnización de 20 días por año trabajado.
La arqueología es un sector marcado por la temporalidad laboral, pero en el caso de ARGEA Consultores S.L. había una relativa estabilidad, con trabajadores de más de seis años de antigüedad y con contratos indefinidos en el 99,63% de los casos.
Actualmente, los proyectos activos de la empresa incluyen trabajos en diversas localidades. Hay cinco auxiliares, un técnico y un coordinador en un proyecto fuera de la Comunidad de Madrid, quienes no reciben las dietas correspondientes. En Alcalá de Henares trabajan tres auxiliares y un técnico, y recientemente se inició un nuevo proyecto en Colmenar Viejo con cinco auxiliares. Además, la empresa cuenta con permisos de excavación para otros yacimientos, lo que augura proyectos futuros.
El proceso de ERE ha suscitado varias preguntas desde las secciones sindicales: ¿por qué iniciar un ERE cuando los trabajadores despliegan su labor con normalidad? ¿Por qué se han modificado los procedimientos habituales? ¿Por qué deben los empleados soportar las consecuencias de una mala planificación empresarial? ¿Cómo se gestionarán los yacimientos arqueológicos sin trabajadores? Y, significativamente, ¿por qué todo esto ocurre justo después de la creación de las secciones sindicales?
Estas preguntas esperan respuestas mientras continúan las negociaciones. Está claro que la empresa opta por recortar más de la mitad de su plantilla pese a la cantidad de trabajo pendiente y proyectos por iniciar. En este contexto, el patrimonio arqueológico se ve doblemente afectado, no solo por la precariedad laboral de los trabajadores sino también por el incierto futuro de los yacimientos y estudios arqueológicos.
Fuente: CNT