Los demócratas han entrado en estado de pánico tras la renuncia del poderoso sindicato de Teamsters a apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata. Las encuestas internas revelan que los miembros del sindicato prefieren al ex presidente Donald Trump, candidato republicano. Este es un hecho sin precedentes en 24 años, ya que el sindicato siempre ha apoyado al candidato presidencial demócrata, con la excepción de 1996. Líderes demócratas, como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, han criticado al presidente del sindicato, Sean O’Brien, por su presunto apoyo a candidatos contrarios a los trabajadores. Los Teamsters, sin embargo, argumentan que las propuestas de Harris sobre la «economía de cuidados» no satisfacen sus necesidades; prefieren un enfoque en aranceles, inversiones en infraestructura y reducción de la inflación.
La decisión representa un serio golpe para Harris, ya que los Teamsters apoyaron a Joe Biden en 2020 y han sido un respaldo constante para los candidatos demócratas en las últimas décadas. Esta división refleja la continua transformación del Partido Demócrata, alejándose de su base tradicional de clase trabajadora hacia una coalición más diversa de votantes. Esto preocupa a los líderes demócratas que aún dependen de los votantes de clase trabajadora, quienes no se sienten convencidos por las políticas de Harris. Necesitan propuestas concretas como las de Trump sobre aranceles y las de Biden sobre inversiones en fabricación e infraestructura, áreas cruciales para el sindicato y sus miembros.
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