Las autoridades mexicanas descubrieron un túnel de 600 metros que conecta Tijuana, Baja California, con San Diego, California, resultado de un cateo realizado en el Fraccionamiento Nueva Tijuana. El túnel, a 13.5 metros de profundidad, estaba destinado al trasiego de drogas, incluyendo metanfetaminas encontradas en el sitio, según informó Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Esta operación formó parte de la Operación Frontera Norte del Gobierno Federal y fue llevada a cabo con la cooperación de la Guardia Nacional y otras agencias federales y estatales. La estructura, equipada con vías y sistemas de poleas, evidencia la sofisticación de estas instalaciones clandestinas destinadas al tráfico ilícito.
El operativo, coordinado por varias entidades de seguridad mexicanas, no resultó en detenciones, pero las instalaciones fueron selladas y puestas bajo custodia policial. La ubicación del túnel, a escasos metros de la frontera estadounidense y cerca de la Garita de Otay, un cruce fronterizo de gran actividad, subraya la creciente preocupación sobre el uso de tales estructuras para el contrabando. Desde 1993, se han localizado 95 túneles similares entre ambos países, clausurados para frenar el tráfico de drogas, productos ilegales y cruces irregulares, según autoridades de San Diego. La colaboración entre los dos países mantiene el objetivo de salvaguardar las fronteras y evitar el ingreso ilegal de personas y sustancias peligrosas.
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