El año 2024 ha clausurado con un incremento en el tráfico de la M-30, la emblemática vía de circunvalación de Madrid. Según datos proporcionados por Madrid Calle 30, un total de 375 millones de desplazamientos han sido registrados a lo largo de este año, lo que representa un leve aumento del 0,3 % en relación con el año anterior. Esta cifra hace notar que el volumen vehicular ha experimentado un ligero incremento, aún considerando el día adicional que trajo consigo el año que concluyó.
Con una media mensual de 31,3 millones de vehículos y un flujo diario de más de un millón, la M-30 se reafirma como una arteria fundamental para la circulación de la capital. Octubre ha destacado como el mes con mayor actividad, contabilizando un tráfico de 33,6 millones de vehículos; en contraste, agosto se presenta como el mes con menor congestión, registrando un volumen de 22,8 millones. Las jornadas del 27 de junio, el 29 de septiembre y el 29 de noviembre marcaron picos de densidad vehicular, haciendo evidente la presión puntual en ciertas fechas del calendario.
En marcado contraste, las fechas con tráfico más leve coinciden con días festivos y puentes significativos. Así, el Viernes Santo, 29 de marzo, y los días 15, 17 y 18 de agosto durante el puente de la Asunción de la Virgen fueron testigos de una considerable disminución en el número de desplazamientos hacia y desde el corazón de la ciudad.
La distribución del tráfico a lo largo del circuito muestra que el arco este de la M-30, delimitado entre el Nudo de Manoteras y el Nudo Sur, concentra la mayor intensidad diaria. Le siguen el arco oeste, la zona norte y la avenida de la Ilustración. Respecto a la velocidad media de circulación, esta se ubica en 69 km/h, con una diferencia perceptible entre las vías de superficie, donde se alcanzan los 75 km/h, y los tramos de túneles, donde los vehículos se mueven a unos 64 km/h.
El análisis de los patrones de circulación de 2024 subraya la relevancia de esta vía en la dinámica diaria de Madrid, reflejando no solo el comportamiento vehicular típico de sus habitantes, sino también la naturaleza cambiante del tránsito en función de festividades y períodos vacacionales. La estabilidad en el flujo vehicular, sin cambios notables, subraya un uso continuo y sostenido de esta infraestructura vital para la conectividad urbana.