Durante una acalorada sesión en el parlamento navarro, Guillermo Vallejo reveló presuntas irregularidades en un proceso de adjudicación pública. Vallejo afirmó que Jesús Polo le solicitó manipular las puntuaciones en contra de una empresa rival de Servinabar, un competidor directo en la licitación. Esta declaración fue parte de un intercambio tenso que culminó cuando Vallejo reconoció haber dado una patada a la puerta durante una confrontación verbal con Polo, subrayando el nivel de exasperación y tensión en torno al proceso cuestionado.
En su intervención, Vallejo también mencionó haber escuchado que la adjudicación estaba «amañada», lo que plantea dudas sobre la imparcialidad del proceso. Estas acusaciones han generado un fuerte revuelo político, provocando reacciones de diversos sectores que exigen una investigación exhaustiva para aclarar la legalidad y transparencia de la adjudicación. La situación subraya la necesidad de reforzar los mecanismos de control para garantizar integridad en los procesos de contratación pública.
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