Las tensiones en Estados Unidos han alcanzado niveles alarmantes desde el primer mandato de Donald Trump, con recientes protestas violentas en Los Ángeles que han reavivado el debate sobre la posibilidad de un conflicto civil inminente. El profesor Benjamin Cohen, de la Universidad de California-Santa Bárbara, señala que la polarización política ha incrementado las probabilidades de una ruptura violenta, destacando en un análisis que California podría declarar su independencia en 2035 a raíz de crecientes roces con el gobierno federal. Esta situación ha llevado a un escenario en el que el vicepresidente Vance ha amenazado con una intervención militar en Sacramento, respaldada por tropas de otros estados republicanos.
A pesar de que la secesión puede parecer una idea remota, Cohen subraya un movimiento en varios «estados de ensueño» que buscan una identidad colectiva más acorde a sus valores que a la permanencia dentro de Estados Unidos. Una encuesta reciente de YouGov indica que el 40% de los estadounidenses considera probable que el país experimente otra guerra civil en la próxima década, mayormente entre demócratas y republicanos. Este contexto revela la creciente inquietud en la sociedad sobre la cohesión nacional y la razón detrás de esta polarización, ya que la identidad comunitaria puede eclipsar el racionalismo, convirtiendo las diferencias en conflictos más graves.
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