En un encuentro que resalta la histórica rivalidad entre México y Argentina, River Plate empató 0-0 con Monterrey ante 60,000 espectadores en Los Ángeles, la mitad de cada equipo. Este partido, único enfrentamiento entre equipos latinoamericanos en la primera fase del torneo, reflejó la característica intensidad de las competiciones de Conmebol y Concacaf. Según datos de Opta, fue el partido con más faltas del Mundial y se jugó apenas el 44% del tiempo, evidenciando un fútbol ríspido y lleno de interrupciones. River mereció ganar pero su falta de efectividad le pasó factura, dejándolo empatado en el grupo E con el Inter de Italia, mientras Monterrey aún tiene posibilidades de avanzar.
A pesar del empate, el contexto va más allá del resultado, reflejando una relación compleja entre ambas naciones en el ámbito futbolístico. Lionel Messi y Raúl Jiménez han comentado sobre esta rivalidad asimétrica, donde históricamente los argentinos han tenido mayor éxito en enfrentamientos directos. Monterrey tiene la oportunidad de cambiar la narrativa si logra avanzar a expensas de River. Mientras tanto, los equipos brasileños como Flamengo ya aseguran su paso a octavos, destacando la dinámica inversa entre el éxito de selecciones frente a clubes en Sudamérica. Este escenario ofrece a México una posible reivindicación ante Argentina en el fútbol de clubes.
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