En un reciente evento en Madrid, la presidenta regional ha sido objeto de críticas por parte de Más Madrid, quienes acusan a la mandataria de utilizar la ocasión para el «autobombo». El acto, que tenía como objetivo celebrar los logros de la gestión regional, fue visto por la oposición como una plataforma para autopromoción más que un espacio de celebración inclusiva. La crítica se centra en que la presidenta aprovechó el evento para destacar exclusivamente los logros de su administración, dejando a un lado problemas que, según la oposición, también deberían ser reconocidos y abordados para ofrecer una visión completa de la situación en la región.
Por otro lado, el Partido Popular ha calificado el acto alternativo, al que asistieron varios ministros, como una «fiestecilla». Esta actividad paralela, organizada como respuesta a la ceremonia oficial, buscaba ofrecer un enfoque diferente y reunir a diversas voces políticas. La calificación de «fiestecilla» refleja el desdén de los populares hacia el acto y subraya las tensiones políticas en torno a la forma en que ambos eventos se han desarrollado. La dinámica resalta las divisiones actuales en el panorama político regional, con cada partido presentando su narrativa sobre las celebraciones y sus significados.
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