El Nova Festival, convertido en un lugar de peregrinación, evoca una trágica noche en la que cientos de militantes de Hamás llevaron a cabo uno de los ataques más sangrientos contra Israel el pasado 7 de octubre, dejando un saldo de 364 civiles muertos y 40 secuestrados. Azaf Aharon, uno de los supervivientes, relata con conmoción cómo vivió la masacre y la difícil huida a pie tras abandonar su coche en medio del caos. El improvisado memorial, que crece cada día con nuevos tributos, se ha convertido en un espacio para que la sociedad israelí procese el dolor y recuerde a las víctimas del ataque. Evi Cohen, otro joven visitante, reflexiona sobre la fragilidad de la situación mientras el conflicto continúa, con bombardeos en Gaza y un creciente número de bajas palestinas. La esperanza de paz se revela incierta, según Aharon, quien cuestiona la posibilidad de reconciliación tras haber sido testigo directo de la violencia.
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