En la estela de los destrozos dejados por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) en las localidades valencianas de Cheste, Ribarroja y Buñol, las Fuerzas Armadas españolas han intensificado sus esfuerzos para responder a la emergencia con una estrategia adaptativa que ahora se enfoca en la reconstrucción. Tras una primera fase en la que se centraron en tareas cruciales de limpieza, achique de agua y extracción de lodo, además de esfuerzos meticulosos para buscar a personas desaparecidas, el énfasis se dirige ahora hacia el restablecimiento de conexiones cruciales mediante la instalación de nuevas infraestructuras.
El Ejército de Tierra y la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya están en acción, desplegando sus capacidades para instalar tres puentes en las áreas afectadas. En Buñol, los equipos trabajan de manera conjunta para colocar una de estas infraestructuras vitales, mientras que en Ribarroja el proyecto está bajo la responsabilidad exclusiva del Ejército de Tierra. Por su parte, en Cheste, la UME se encarga de manera independiente de la colocación del puente. Estos esfuerzos no solo involucran la mera construcción, sino que también requieren un exhaustivo reconocimiento de las zonas, así como un estudio pormenorizado y la estructuración de protocolos específicos de trabajo.
Recordando operaciones anteriores como la realizada en Aldea del Fresno, donde el ejército reconstruyó infraestructuras devastadas por fenómenos similares, las unidades ingenieras se valen de su experiencia en situaciones de desastre para avanzar en esta nueva misión. En el contexto valenciano, la reconstrucción implica la instalación de puentes de apoyo logístico Mabey, conocidos por su resistencia y capacidad para soportar grandes volúmenes de tráfico, incluidos vehículos pesados. Estas estructuras son cruciales en rutas principales de suministro, asumiendo el rol de los puentes civiles dañados.
La elección de los puentes Mabey no es arbitraria. Con capacidad de luces extendiéndose hasta 81 metros y adaptabilidad que permite el uso de pilares fijos o pontones flotantes, estas soluciones temporales cobran importancia en la respuesta rápida a los desastres naturales. Pueden servir también como estructuras provisionales para puentes averiados, garantizando un sobrepuente seguro mientras se realizan las reparaciones permanentes.
El despliegue en Valencia reafirma el compromiso de las Fuerzas Armadas con la recuperación efectiva y oportuna de infraestructuras vitales, asegurando que el movimiento y la logística no se vean interrumpidos, incluso en los momentos más difíciles tras un desastre natural. La acción coordinada en estas localidades ilustra una vez más la capacidad de adaptación y respuesta inmediata necesaria para enfrentar los desafíos que presenta el clima cambiante.
Fuente: Ministerio de Defensa.