En una tragedia aérea sin precedentes desde 2009, un avión comercial de American Eagle colisionó con un helicóptero militar sobre el río Potomac en Washington D.C., dejando un saldo devastador de 63 víctimas fatales. La aeronave, modelo CRJ700, perteneciente a la filial regional de American Airlines, se preparaba para aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan procedente de Wichita, Kansas, cuando ocurrió el accidente. A bordo del avión viajaban 60 pasajeros y 4 tripulantes, mientras que el helicóptero UH-60 Black Hawk transportaba a 3 personas. Hasta el momento, los equipos de rescate han recuperado 28 cuerpos, y las autoridades anticipan que no hay sobrevivientes del impacto, marcado por una inmensa bola de fuego en el cielo de la capital estadounidense.
El presidente Donald Trump ha utilizado su red social personal para criticar las políticas de diversidad del gobierno de Biden, responsabilizándolas en parte por el accidente al argumentar que se priorizó la contratación de personal inadecuado como controladores aéreos. Entre las víctimas del vuelo se encuentran destacados patinadores artísticos, incluidos los ex campeones mundiales Evguenia Shishkova y Vadím Naumov, así como su hijo Maxim Naumov, quien representa al equipo estadounidense en competiciones internacionales. Se ha confirmado que las condiciones meteorológicas en el momento del choque eran óptimas, lo que incrementa el foco sobre las comunicaciones y la gestión de tráfico aéreo como posibles causas del siniestro, cuyos detalles exactos serán aclarados tras una investigación exhaustiva.
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