El ex director de Ingeniería de Ocean Gate ha revelado su desconfianza en el personal de operaciones de la compañía, señalando serias preocupaciones sobre la seguridad y competencias del equipo. En declaraciones recientes, mencionó que cuando se le solicitó pilotar el sumergible, su respuesta fue tajante: «No me voy a subir». Sus comentarios han provocado debates sobre las prácticas de seguridad y la confiabilidad de la empresa en el manejo de tecnologías submarinas.
Esta revelación podría generar implicaciones significativas para Ocean Gate, ya que pone en tela de juicio la capacidad de la empresa para garantizar la seguridad de sus operaciones. La negativa del ex director a pilotar el sumergible plantea interrogantes sobre los protocolos de formación y la suficiencia de las medidas de seguridad implementadas. Esta situación subraya la importancia de la supervisión y el liderazgo efectivos en sectores que involucran riesgos significativos, y podría desencadenar una revisión exhaustiva de las políticas internas de Ocean Gate.
Leer noticia completa en El Mundo.