A principios de año, se descartó inicialmente un aumento en las pensiones debido a un rechazo de la Ley Ómnibus, sin embargo, se concretó un incremento del 2,8% para las pensiones contributivas y un significativo 9% para las no contributivas. Este ajuste ha supuesto un alivio para numerosos pensionistas que dependen de estas ayudas. Con el incremento en vigor, la importancia de cumplir con la declaración de ingresos se hace evidente, en especial para aquellos que reciben pensiones no contributivas. Todos los beneficiarios de estas últimas están obligados a presentar una declaración anual de ingresos antes del 31 de marzo de 2025, destinada a confirmar que cumplen con los requisitos de renta establecidos. El incumplimiento de este trámite podría conllevar desde la suspensión temporal hasta la pérdida definitiva de la pensión, enfatizando la necesidad de gestionar los recursos públicos de forma equitativa.
La declaración de ingresos es un procedimiento esencial para los beneficiarios de pensiones no contributivas, quienes deben presentar el documento ante las autoridades competentes, detallando los ingresos del año anterior y cualquier variación económicamente relevante. El proceso, que puede realizarse de manera presencial, por correo o telemáticamente, busca asegurar que las ayudas se dirijan eficazmente a quienes más lo necesitan. La Seguridad Social y el IMSERSO supervisan que las declaraciones reflejen correctamente la situación económica del pensionista y de su unidad de convivencia, teniendo siempre presente el umbral de renta anual vigente, que para 2025 se sitúa en 7.905,80 euros. Superar este umbral podría resultar en la pérdida del derecho a la pensión, de ahí la importancia de cumplir con esta obligación de manera puntual y precisa para mantener el acceso a estas vitales prestaciones.
Leer noticia completa en OK Diario.