El embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansur, expresó su decepción por el veto de Estados Unidos a una resolución del Consejo de Seguridad que buscaba un alto el fuego inmediato en Gaza. La propuesta, presentada por los diez miembros no permanentes del Consejo, incluía demandas como el cese de hostilidades, la apertura al ingreso de ayuda humanitaria y la liberación de rehenes retenidos por Hamás. Mansur calificó de «lamentable» que las «exigencias mínimas» en términos de humanidad y legalidad no recibieran apoyo unánime, subrayando la crítica situación de Gaza descrita por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU como un lugar con alto riesgo de hambruna para toda su población.
El veto de Estados Unidos, representado por Dorothy Shea, fue justificado al considerar el texto como inadecuado por no condenar a Hamás ni exigir su desarme. Shea afirmó que no se apoyará ninguna medida que no aborde estos aspectos, sugiriendo que el veto era esperado. La resolución fue apoyada por todos los demás miembros del Consejo, quienes expresaron preocupación por el deterioro de las condiciones en Gaza debido a la intensificación de las operaciones militares israelíes y el bloqueo de ayuda humanitaria, que ha derivado en numerosas víctimas y desplazamientos masivos. El embajador Mansur hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para detener lo que describe como un «genocidio» y tomar medidas concretas para frenar la agresión.
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