La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha generado expectativas sobre el impacto en las relaciones internacionales, especialmente con México. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha manifestado que su administración busca mantener una relación de trabajo eficaz con el nuevo mandatario estadounidense. En un discurso cautelosamente optimista, Sheinbaum aseguró que “México siempre sale adelante” y subrayó que no hay motivos de preocupación ante este cambio de liderazgo en Washington. La postura de la presidenta refleja una intención de continuidad y estabilidad en las políticas bilaterales, enfatizando que su equipo está preparado para colaborar eficazmente con la administración de Trump.
Además, el Gobierno de Sheinbaum ha revelado su estrategia energética nacional, que aborda la apertura a la inversión privada en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que podría atraer capital extranjero e impulsar el sector energético mexicano. Esta decisión coincide con la proximidad de la Cumbre del G20 que se llevará a cabo el 18 de noviembre en Río de Janeiro, Brasil, donde Sheinbaum realizará su debut en la arena internacional como presidenta. La asistencia a este evento global no solo representa el compromiso de México con la cooperación multilateral, sino que también ofrece una plataforma para que su administración promueva nuevos acuerdos económicos y energéticos, alineados con la estrategia planteada.
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