El Gobierno español ha detallado un ambicioso plan de Defensa diseñado para robustecer sus capacidades militares y de seguridad, con una inversión programada de casi 34.000 millones de euros con el objetivo de alcanzar el 2% del PIB. El plan, compuesto de cinco pilares fundamentales, destina el 35% del presupuesto a mejorar las condiciones de vida y formación de las tropas y marinería, homologándolas con el resto de países europeos. Este enfoque prioritario busca no solo la equiparación salarial, sino también una mejora en el entrenamiento y cualificación de los efectivos. En segundo lugar, con un 31% de la inversión, se priorizará la ciberseguridad y las telecomunicaciones, sectores que han experimentado un incremento notable de amenazas con más de 1.000 ciberataques anuales a infraestructuras críticas en el país. La adquisición de sistemas como Atenas y radares, junto con el fortalecimiento de las defensas cibernéticas, tanto en el ámbito militar como civil, son centrales en esta estrategia.
El plan incluye además un 15% de presupuesto para la adquisición de equipos de defensa y disuasión, reforzando así la capacidad de respuesta de España ante posibles amenazas, aunque bajo un enfoque pacifista que prioriza la diplomacia. Asimismo, un 17% de la inversión se asignará a mejorar las capacidades duales, destinadas a atender emergencias y desastres naturales, reflejando la vulnerabilidad del país frente al cambio climático. Finalmente, la defensa y seguridad en misiones internacionales para soldados españoles -que suman alrededor de 3.000 efectivos operando bajo la ONU, la OTAN o la UE- recibirán un impulso significativo. Con este plan, la administración busca garantizar un marco operativo eficaz y seguro tanto en territorio nacional como en el exterior, alineado con los compromisos internacionales de España.
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