El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reconocido la intensa conmoción provocada en el ámbito gubernamental y en el espectro de la izquierda política por el caso que implica a Íñigo Errejón. Las acusaciones de violencia machista dirigidas al ahora exportavoz de Sumar y cofundador de Podemos y Más Madrid han causado, según Marlaska, una profunda tristeza debido a que las políticas feministas son fundamentales para el Gobierno progresista. A pesar de esta situación, el ministro ha mantenido que no hay preocupación por la estabilidad de la coalición gubernamental, afirmando que la legislatura seguirá su curso con proyectos en marcha que se llevarán a cabo hasta su final.
En una llamada a la acción, Marlaska ha subrayado la necesidad de que Sumar asuma responsabilidades de forma rápida, dado lo grave de la cuestión, aunque ha destacado que la respuesta hasta el momento ha sido oportuna y contundente, reflejada en la reunión con Errejón que concluyó con su dimisión. Asimismo, el ministro ha negado tener conocimiento previo de los comportamientos cuestionados de Errejón, indicando que su renuncia fue inicialmente atribuida al cansancio. Este caso ha generado un impacto significativo dentro del Gobierno y plantea un nuevo reto en la gestión de su discurso y políticas en materia de igualdad de género.
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