El ejército israelí ha reafirmado la prohibición a los residentes de la Franja de Gaza de ingresar al mar, advirtiendo que cualquier violación será sancionada por las tropas. La medida, vigente desde el 7 de octubre de 2023, se implementó tras la ofensiva de Israel en respuesta a un ataque de Hamás. Avichay Adraee, portavoz de las fuerzas armadas israelíes, instó a pescadores, nadadores y buceadores a abstenerse de entrar al agua. Aunque la prohibición afecta principalmente a quienes se adentran con mayor profundidad, la orden se aplica de manera general. En medio de temperaturas superiores a los 30°C, gran parte de la población de Gaza se encuentra desplazada en la costa, viviendo en condiciones humanitarias precarias debido a la falta de agua potable, higiene y electricidad.
La ONU ha expresado su preocupación por la crítica situación en las playas de Gaza, mencionando que más de 425,000 personas se encuentran hacinadas en tiendas de campaña en zonas como Mawasi. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) ha denunciado la falta de agua y jabón, advirtiendo sobre las posibles consecuencias para la salud de los niños debido a la falta de condiciones para una higiene adecuada. Además, la UNRWA ha tenido que reducir los turnos de clase en los espacios educativos temporales debido al calor extremo y la falta de ventilación adecuada. La situación se agrava con las restricciones impuestas al acceso al mar, un recurso vital para una población que ya enfrenta un entorno de crisis humanitaria.
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