Una nueva ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania tiene lugar en Estambul, en un intento de poner fin al conflicto bélico que azota la región. Las delegaciones de ambos países ya se encuentran en la ciudad turca, con el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, y el asesor del Kremlin, Vladímir Medinsky, encabezando sus respectivos equipos. El encuentro se produce tras un aumento significativo en la intensidad de los combates, incluyendo un masivo ataque ruso con drones y una audaz respuesta ucraniana que alcanzó bases aéreas rusas en Siberia. El precedente diálogo, realizado después de un silencio de tres años, permitió el intercambio de 1,000 prisioneros por cada bando, aunque no se logró alcanzar el ansiado alto el fuego de 30 días propuesto por Estados Unidos.
Sin un documento con condiciones por parte de Moscú, las negociaciones enfrentan desafíos sustanciales. Las autoridades europeas acusan al presidente ruso, Vladímir Putin, de ganar tiempo mientras sus tropas avanzan, complicando el posible éxito de las conversaciones. Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su disposición a mediar, aunque advirtió que sin un compromiso serio por parte de ambos países, podría retirar su intervención. El enviado de Trump, Keith Kellogg, ha señalado que documentos con condiciones de paz serán presentados por ambas partes, teniendo también a representantes de Reino Unido, Francia y Alemania involucrados, aunque sin detallar el nivel de su participación.
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