La situación humanitaria en la Franja de Gaza se ha agravado significativamente, con el 87,8% del territorio sometido a órdenes de desplazamiento forzoso o control militar, señala la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Esta situación ha llevado a que 2,1 millones de civiles se concentren en un reducido 12% de la zona, donde los servicios esenciales se han derrumbado. El reciente mandato israelí sobre Deir al Balah, que exigió desplazamientos forzosos hacia el suroeste, intensificó la crisis al cortar el acceso al Mediterráneo, fragmentando aún más la región y complicando las operaciones humanitarias de la ONU.
La ofensiva israelí, que lleva 22 meses sin precedentes, ha ampliado su ámbito de operaciones hacia el oeste de Gaza, interrumpiendo anteriormente intactas rutas costeras y estableciendo nuevas zonas de combate. Según el portavoz de las fuerzas armadas israelíes, este avance tiene como objetivo debilitar las capacidades de grupos considerados terroristas. Sin embargo, estas acciones han obligado a miles de personas a refugiarse en Mawasi, un área ya congestionada y sujeta a bombardeos frecuentes. Mientras tanto, Israel afirma tener control militar sobre el 75% del territorio de Gaza, incrementando las tensiones en una región ya devastada por el conflicto.
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