El gobierno de Israel, encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha suspendido temporalmente la entrega de ayuda humanitaria en Gaza. Esta medida se toma mientras se espera un plan del ejército dentro de un plazo de 48 horas para impedir que Hamás se apodere de los suministros destinados a los civiles, particularmente en el norte de la Franja. Según medios israelíes, la decisión fue motivada por la creciente preocupación de que la milicia palestina esté controlando nuevamente la región y robando la ayuda. Esta acción sigue a una amenaza del ministro ultrarreligioso de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien advirtió con abandonar el Gobierno si no se abordaban estos robos.
Durante la elaboración del plan militar, Netanyahu ha ordenado parar los repartos que se realizaban a través de la Fundación Humanitaria para Gaza, una iniciativa conjunta con Estados Unidos que ha generado controversia con la ONU y otras organizaciones humanitarias. Los puntos de entrega han sido escenario de tiroteos y ataques, resultando en la muerte de cientos de personas. La situación agrava la crisis humanitaria en la región, intensificando las tensiones mientras las autoridades buscan una solución para garantizar que la ayuda llegue a los civiles necesitados sin caer en manos de grupos armados.
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