En las calles de Madrid, el descontento se hace palpable mientras trabajadores y trabajadoras del sector de ayuda a domicilio elevan su voz contra la precariedad laboral que enfrentan. Convocados por UGT Madrid, han exigido a las administraciones que actualicen los pliegos del servicio, denunciando un abandono signficativo que, según afirman, afecta tanto a los profesionales como a las personas que dependen de estos cuidados esenciales.
Carmen López, portavoz de UGT Madrid en el sector, subraya la gravedad de la situación. Los salarios, indica, a menudo no alcanzan ni el Salario Mínimo Interprofesional, lo que considera inaceptable para un trabajo tan crucial. La falta de actualización en los presupuestos agrava la precariedad, impactando directamente en la calidad del servicio ofrecido a los usuarios. «Las administraciones están prorrogando estos contratos sin financiar adecuadamente el servicio, perpetuando una situación insostenible», advierte López.
La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto las numerosas deficiencias del sector, aunque las autoridades han optado por mantener contratos prorrogados sin ajustarse a las necesidades actuales. UGT Madrid denuncia que ni el Ayuntamiento ni la Comunidad han mostrado pasos claros hacia una solución. La comunidad autónoma prometió nuevos pliegos para 2025, pero sin detalles específicos. «Es inconcebible que durante el primer año de pandemia, mientras las empresas recibían hasta 80 millones de euros, no se refleje un impacto positivo en el servicio», cuestiona López.
Datos del Imserso intensifican la urgencia de la problemática. En la Comunidad de Madrid, el número de personas dependientes sin una resolución de prestación ha aumentado un 65,1% en poco más de un año. A diferencia de otras regiones que han disminuido sus listas de espera, Madrid sufre una crecente brecha de desigualdad en acceso a estos servicios, acentuando las quejas de organismos como UGT.
Desde el sindicato también critican lo que describen como un «enriquecimiento injusto» por parte de las administraciones, al mantener los costes del servicio considerablemente bajos pese al aumentos del coste de vida y salario mínimo. «Este es un servicio esencial, y las trabajadoras no pueden seguir en estas condiciones», sentencia López.
La situación actual no solo afecta a los trabajadores, sino que también tiene un impacto profundo en los usuarios. La reducción en la calidad del servicio, combinada con la inestabilidad laboral, genera un entorno riesgoso para las personas en situación de vulnerabilidad que dependen de esta ayuda. Los usuarios enfrentan servicios limitados, menos flexibilidad y, en algunos casos, un deterioro en la seguridad básica que necesitan para una vida digna.
Además, la inadecuada atención pública repercute directamente en las familias, obligadas a asumir responsabilidades adicionales que pueden llevar a un desgaste emocional y físico. La carga de cuidados adicionales aumenta el estrés en núcleos familiares que ya deben gestionar múltiples obligaciones.
Acusada de inacción, la administración madrileña está en el punto de mira, con una creciente presión para que reformule sus políticas en torno a la ayuda a domicilio. La insistencia de UGT Madrid es clara: las movilizaciones son el comienzo de una campaña persistente por mejores condiciones laborales y un servicio digno y eficiente para todos los usuarios. En un contexto donde lo esencial se vuelve cada vez más indispensable, los trabajadores y usuarios claman por una atención que haga justicia a sus derechos básicos.
Fuente: UGT Madrid