La Unión Europea y Estados Unidos han alcanzado un acuerdo trascendental destinado a evitar una guerra comercial, plasmado en el reciente «Comunicado Conjunto sobre comercio e inversión transatlánticos». Anunciado en Bruselas el 21 de agosto, el pacto establece un límite del 15 % a los aranceles estadounidenses sobre la mayoría de las exportaciones europeas, incluyendo sectores como la automoción, semiconductores y productos farmacéuticos.
El acuerdo es el resultado de exhaustivas negociaciones encabezadas por el comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, y sus contrapartes estadounidenses. Las conversaciones se intensificaron después de un entendimiento preliminar alcanzado entre la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente Donald Trump el 27 de julio. Von der Leyen describió el acuerdo como un avance significativo que devuelve claridad y coherencia al comercio transatlántico y sostuvo que continuará el trabajo para reducir más aranceles.
El nuevo tope del 15 % en aranceles se aplicará a industrias clave, mientras que algunos productos, como el corcho, los aviones y sus piezas, y los fármacos genéricos, gozarán de un tratamiento especial con aranceles de Nación Más Favorecida. Estas medidas entrarán en vigor el 1 de septiembre. Además, la UE comenzará a rebajar tarifas a productos estadounidenses, enfocándose en automóviles y componentes.
El acuerdo también aborda el problema del exceso de capacidad en sectores de acero y aluminio. Ambos lados trabajarán en el diseño de un sistema de contingentes arancelarios que proteja la competitividad y asegure cadenas de suministro críticas. Šefčovič destacó que el acuerdo protege empleos y empresas a ambos lados del Atlántico.
Este pacto se enmarca dentro de la relación económica UE-EE. UU., la más valiosa del mundo, con intercambios anuales superiores a 1,6 billones de euros y flujos de inversión que alcanzaron 5,3 billones en 2022. El propósito es reforzar esta interdependencia y proporcionar un marco previsible para empresas y ciudadanos.
La Comisión Europea, junto a los Estados miembros y el Parlamento, trabajará en la implementación del acuerdo y en la apertura de negociaciones para un pacto de comercio justo y equilibrado. Como gesto de buena voluntad, la UE ya ha suspendido medidas de represalia previas.
Este acuerdo, por lo tanto, representa un hito en la relación económica transatlántica, con un potencial impacto duradero en el comercio global.
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