La Unión Europea se prepara para enfrentar una posible guerra comercial con Estados Unidos, tras la aprobación por parte de los embajadores de los 27 Estados miembros de un paquete de represalias valorado en 93.000 millones de euros. Esta respuesta se dividiría en dos partes: la primera, de 21.000 millones, se activaría ante los aranceles impuestos por Donald Trump al aluminio y el acero, mientras que la segunda, de 72.000 millones, sería en respuesta a aranceles sobre importaciones estadounidenses. Las medidas entrarán en vigor el 7 de agosto, solo si no se alcanza un acuerdo con la Casa Blanca antes del 1 de agosto. A pesar de estas tensiones, se menciona que las negociaciones están «cerca» de un acuerdo, con Bloomberg sugiriendo un arancel mutuo del 15%, una cifra notablemente inferior al 30% propuesto por Trump.
Sin embargo, la UE enfrenta divisiones internas entre los países miembros respecto a cómo proceder. Por un lado, España, Alemania e Irlanda prefieren continuar con las negociaciones de manera moderada, dado su fuerte interés en mantener la estabilidad comercial con EE. UU. Por otro lado, países como Francia y Dinamarca abogan por adoptar una postura más agresiva y aplicar contramedidas contundentes, argumentando que la situación actual no es sostenible y que una mayor autonomía industrial es necesaria. Italia, aunque respalda medidas protectoras, también busca servir de puente entre Bruselas y la Casa Blanca, evidenciando las tensiones y diferencias de enfoque dentro de la UE en el manejo de esta crisis.
Leer noticia completa en 20minutos.