La salud continúa siendo un campo que demanda constante profesionalización y actualización debido a su naturaleza dinámica e interconectada con los avances científicos y tecnológicos. Históricamente, la educación médica se remonta a la antigüedad, pero ha sido en el último siglo cuando se ha institucionalizado de manera sistemática en facultades de todo el mundo. En México, la falta de médicos es notable, con solo 178,810 registrados en el sector público, lejos de los 200,000 necesarios para atender adecuadamente a la población. Este déficit se hace evidente en la importancia de ofertas académicas que integren tanto teoría como práctica, en un ámbito cada vez más globalizado.
Un ejemplo notable de la modernización en la formación médica es la colaboración entre la Universidad de Monterrey (UDEM) y la prestigiosa Universidad de Washington en St. Louis. Este convenio busca fomentar una educación médica global y ética, ofreciendo a los estudiantes acceso a tecnología avanzada y metodologías innovadoras, fortaleciendo su preparación en el campo real de la medicina. En el contexto de los retos que enfrenta México, como la desigual distribución y formación de médicos, iniciativas que promuevan la colaboración interdisciplinaria e interinstitucional son esenciales para mejorar el sistema de salud y garantizar una atención de calidad.
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