Líderes de las principales potencias europeas, incluidos Alemania, Francia, Polonia y el Reino Unido, han realizado una visita histórica a Kiev para mostrar su apoyo contundente a Ucrania en medio del prolongado conflicto con Rusia. El encuentro, celebrado en un contexto de tensiones crecientes, ha servido para coordinar una estrategia común junto a Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha mantenido un enfoque fluctuante hacia el conflicto. Durante una conversación telefónica desde la capital ucraniana, los dirigentes europeos y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, propusieron a Trump exigir un alto el fuego total de 30 días a Rusia, advirtiendo que, de no ser aceptado, se intensificarán las sanciones económicas contra Moscú y se aumentará el apoyo militar a Ucrania.
La reunión formó parte de la Coalición de los Voluntarios, una iniciativa franco-británica que incluye a varios países europeos, y en la que se discutió la implementación de un alto el fuego temporal como un preludio a negociaciones de paz. Mientras tanto, el Kremlin ha condicionado la aceptación de la tregua a que Ucrania deje de recibir armamento occidental, una exigencia rechazada por la coalición. En paralelo, la situación se complica por las recientes festividades en Rusia celebrando el 80º aniversario de la victoria en la II Guerra Mundial, donde el presidente ruso, Vladímir Putin, ha recibido apoyo internacional. El delicado equilibrio geopolítico continúa con la presión constante para que todas las partes involucradas prosigan con un enfoque unificado hacia una resolución pacífica del conflicto.
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