Las fuerzas armadas ucranianas han llevado a cabo un ataque masivo con drones contra varias bases aéreas en Rusia, destruyendo bombarderos estratégicos y marcando, por primera vez, un impacto significativo en Siberia. Este ataque, a pocos días de una reunión prevista entre Ucrania y Rusia en Estambul, llevó a Kiev a confirmar su asistencia al encuentro. Los objetivos abarcaron desde la base de Belaya en Irkutsk, a 5,000 kilómetros de la frontera ucraniana, hasta la base aérea ártica de Olenya en Murmansk. Según Kiev, la operación fue ejecutada mediante camiones que transportaron drones hacia los aeródromos rusos. Se estima que el daño alcanzó los 2,000 millones de euros, afectando gravemente la capacidad nuclear rusa.
El ataque ha generado preocupación en el Kremlin, con autoridades locales como Ígor Kóbzev, gobernador de Irkutsk, llamando a la calma. Canales proguerra rusos destacan la incursión como un evento sin precedentes, lamentando la llegada de drones enemigos al territorio siberiano. En tanto, las provincias cercanas a Moscú también reportaron ataques, con restos de drones cayendo sobre edificios residenciales en Riazán. Este ataque ocurre en un momento crítico, justo antes de las negociaciones de paz en Estambul, donde Ucrania exige a Moscú un borrador con sus condiciones. Se espera que las conversaciones sean encabezadas por Vladímir Medinski y Rustem Umerov, quienes ya se reunieron el pasado 16 de mayo.
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