Las Fuerzas Armadas de Ucrania han llevado a cabo nuevos ataques estratégicos contra depósitos de misiles rusos, logrando alcanzar un almacén en la región de Tver y otro en la provincia de Krasnodar, donde también destruyeron una antigua base del grupo de mercenarios Wagner. Los ataques, confirmados por las autoridades rusas y medios cercanos al ejército, han generado un significativo impacto en la capacidad militar rusa, según informó el Ministerio de Defensa ruso. En Tver, los daños provocaron interferencias en el transporte, con cancelaciones y retrasos en los trenes entre Moscú y San Petersburgo, y el cierre temporal de la autopista M-9 por razones de seguridad.
En Krasnodar, los daños causados por uno de los drones ucranios provocaron un incendio tras la detonación de objetos explosivos en la localidad de Kammeni. Mientras tanto, la base de Molkino, antigua sede del grupo Wagner, también fue incendiada. Este sitio, ahora utilizado por el Afrika Korps, una unidad de veteranos de Wagner operando en África, se mantiene como un lugar simbólico para los mercenarios. Las evacuaciones en las zonas cercanas a los ataques se llevaron a cabo para asegurar la seguridad de los civiles ante posibles explosiones adicionales. Estas operaciones han debilitado notablemente el arsenal ruso, afectando la disponibilidad de municiones en el frente de batalla.
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