El conflicto entre Rusia y Ucrania continúa generando una oleada de tensiones en Europa del Este. A medida que la guerra avanza, ambas partes reportan intensos combates y pérdidas humanas significativas. Las fuerzas rusas han incrementado su ofensiva en varias regiones estratégicas ucranianas, mientras que el ejército ucraniano resiste con ayuda internacional en términos de armamento y logística. La comunidad internacional mantiene un ojo vigilante en el desarrollo de este conflicto, con numerosos países condenando las acciones rusas y ofreciendo su apoyo a Ucrania en foros políticos y diplomáticos.
Por otro lado, el impacto de la guerra resuena en la esfera económica global. Los precios de la energía y los alimentos han experimentado alzas, afectando tanto a países desarrollados como en desarrollo. Las sanciones impuestas a Rusia han tenido un efecto dominó, afectando a las exportaciones e importaciones a nivel mundial. Mientras tanto, organizaciones humanitarias continúan sus esfuerzos para asistir a millones de desplazados por el conflicto, enfrentando el desafío de proporcionar recursos adecuados en medio de la creciente crisis.
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