Ucrania ha utilizado por primera vez misiles Storm Shadow de fabricación británica para atacar objetivos militares en Rusia, como han informado medios como The Guardian y Financial Times tras verificarlo con múltiples fuentes. Este ataque se produce poco tiempo después de que Kiev empleara misiles ATACMS, de construcción estadounidense, en territorio ruso. La decisión de Estados Unidos, bajo el liderazgo del saliente presidente Joe Biden, de permitir el uso de misiles de largo alcance surge en respuesta a la percepción de escalada del conflicto por Rusia, que ha recurrido a tropas norcoreanas para enfrentar a las fuerzas ucranianas, conforme a la evaluación de Washington. En respuesta, el gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, informó que las defensas aéreas rusas derribaron dos proyectiles cerca de Marino, identificados por un bloguero militar ruso como misiles Storm Shadow.
Aunque el gobierno británico ha declinado comentar sobre los recientes ataques, citando razones operativas, el primer ministro Keir Starmer ha manifestado su apoyo continuo a Ucrania en vista de la creciente intervención militar del Kremlin, que ha buscado apoyo de Corea del Norte. Starmer ha insistido en que no se puede permitir una victoria de Putin, advirtiendo sobre las implicaciones negativas para la seguridad en Europa y, con la participación norcoreana, potencialmente en la región del Indo-Pacífico. El Storm Shadow es un avanzado misil de crucero de largo alcance con capacidades furtivas y un sistema de navegación preciso, dotando a Ucrania de una herramienta poderosa en su resistencia contra la invasión rusa, que marca un nuevo capítulo en la compleja dinámica del conflicto.
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