Tuvalu, el pequeño país insular del Pacífico Sur, ha tomado una medida sin precedentes ante la amenaza inminente de desaparecer bajo las aguas del mar. Está recreando su realidad en el metaverso, convirtiéndose en la primera nación digital del mundo. La erosión de sus nueve islas de coral por el aumento del nivel del mar ha llevado al gobierno a preservar su cultura y soberanía digitalmente, archivando su rica historia y trasladando sus funciones gubernamentales al mundo virtual. Este enfoque innovador busca no solo conservar la identidad de Tuvalu, sino también facilitar la conexión y gobernanza de la diáspora tuvaluana, al tiempo que se generan nuevas oportunidades comerciales en un entorno digital.
Además de su transformación digital, Tuvalu ha establecido acuerdos migratorios con Australia, permitiendo la reubicación de 280 ciudadanos al año como parte de una diáspora cada vez más necesaria. Ante un futuro incierto, el país también ha logrado que su soberanía sea reconocida por diversas naciones, lo que fortalece su posición en el derecho internacional. Tuvalu ha sido una voz activa en la escena internacional, clamando por acciones efectivas frente al cambio climático, y aunque sus islas físicas se enfrenten a una extinción casi inevitable, su legado y presencia buscan perdurar en un mundo dominado por la tecnología. En la arena internacional, el grito de «Salven a Tuvalu. Salven al mundo» resuena como un llamado urgente a la acción contra el cambio climático.
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