La reciente designación de Tulsi Gabbard, excongresista demócrata y coronel del ejército, como directora de los servicios de inteligencia de Estados Unidos por parte de Donald Trump ha generado una ola de controversias. La figura de Gabbard no solo ha sido motivo de preocupación por su carencia de experiencia en temas de inteligencia, sino también por su cambio de posturas y sus vínculos con Siria y Rusia. Abigail Spanberger, congresista republicana por Virginia y exmiembro de la CIA, ha expresado su inquietud sobre las calificaciones de Gabbard para el puesto, acusándola de promocionar teorías conspirativas y respaldar a líderes autoritarios como Bashar Asad y Vladimir Putin. Esta decisión de Trump ha sido criticada incluso dentro de su propio partido, generando temores acerca de la voluntad de los aliados de Estados Unidos de compartir inteligencia bajo su liderazgo.
Gabbard es conocida por haber difundido teorías infundadas que acusan a Estados Unidos de financiar laboratorios de armas biológicas en Ucrania, lo cual ha sido desmentido de manera contundente. Además, es recordada por su controversial viaje a Siria en 2017, donde se reunió con el presidente Bashar Asad, y por criticar al entonces presidente Trump por su política en la región. Su historial y las declaraciones polémicas han suscitado inquietudes sobre su eventual conducción de las 18 agencias de espionaje estadounidenses, incluida la CIA. La decisión de Trump de nombrarla podría ser una estrategia para prever un posible rechazo en el Senado, similar a lo que se especula podría ocurrir con otros nombramientos polémicos dentro de su administración.
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