En un movimiento estratégico que podría redefinir el paisaje tecnológico global, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) se prepara para la apertura de su primera planta de producción de obleas de 12 pulgadas en Arizona, Estados Unidos. Programada para el 6 de diciembre, esta ceremonia inaugural no solo marca un hito para la compañía taiwanesa, sino también para la industria de semiconductores en suelo norteamericano. Entre los destacados asistentes se encuentran figuras prominentes como Morris Chang, fundador de TSMC, junto a los influyentes CEOs de Nvidia, Jensen Huang, y de AMD, Lisa Su.
La planta, cuya construcción comenzó en 2021, simboliza una formidable inversión de 40.000 millones de dólares, constituyendo así una de las mayores inversiones extranjeras directas en Estados Unidos. Inicialmente concebida en 2021, la paz del proyecto se ha visto alterada por la pandemia de COVID-19 y la consiguiente escasez de mano de obra, llevando a un inevitable ajuste de cronograma. Sin embargo, TSMC ha perseverado, creando lo que describen como una «megafábrica» dotada con una sala limpia que duplica el tamaño de las instalaciones convencionales en la industria de obleas lógicas.
Destinada a comenzar la producción de chips de 4 nanómetros en 2025, la planta de Arizona posiciona a Estados Unidos de manera ventajosa en el competitivo mercado de semiconductores, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y aumento de la demanda tecnológica. Esta iniciativa se alinea con los esfuerzos del gobierno estadounidense por alcanzar cierta autosuficiencia en la producción de chips, un componente vital para diversas aplicaciones tecnológicas.
La visión a largo plazo de TSMC no se detiene con las primeras dos fases del proyecto. La compañía ya tiene en mente una tercera planta en la misma ubicación, diseñada para implementar el proceso de fabricación de 2 nm o el aún más innovador proceso A16. Con miras a iniciar la producción en masa en 2030, esta expansión subraya el papel de TSMC como líder en innovación de semiconductores y su compromiso con el liderazgo tecnológico en el mercado estadounidense.
Además de fortalecer su capacidad productiva, TSMC busca estrechar lazos con grandes clientes estadounidenses como Nvidia y AMD. Esta planta no solo permitirá satisfacer la creciente demanda de chips de alto rendimiento, cruciales para sectores emergentes como la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento, sino también potenciar la colaboración en el desarrollo de tecnologías avanzadas de próxima generación.
Este ambicioso proyecto reafirma la importancia de TSMC en la cadena global de suministro, posicionando a la compañía como un pilar tecnológico clave en un mundo que avanza imparablemente hacia la digitalización y la innovación constante.