Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) anunció un paso crucial en la reestructuración de la cadena de suministro de semiconductores en EE. UU. Al establecer producción de vanguardia en Arizona, TSMC busca mitigar la dependencia internacional en un sector estratégico. Esta decisión es parte de una estrategia más amplia para establecer un clúster independiente de chips de 2 nanómetros y tecnologías avanzadas en suelo estadounidense.
El CEO de TSMC, C.C. Wei, confirmó que más del 30% de la producción de estos chips se localizará en Arizona, marcando un avance significativo en la meta «Made in USA». Este movimiento responde al alza del 36% en ingresos en el mercado estadounidense, impulsado principalmente por la demanda de inteligencia artificial, y ha llevado a acelerar la construcción de unas instalaciones que, originalmente, estaban previstas para varios trimestres después.
Con una inversión adicional de 100.000 millones de dólares, TSMC planea levantar cinco instalaciones nuevas, incluidas plantas de encapsulado avanzado y centros de investigación. Esta expansión es parte del compromiso del gigante tecnológico con el fortalecimiento de la soberanía tecnológica de EE. UU., reforzando el legado de promesas hechas durante la administración Trump.
El nodo de 2 nanómetros, esencial para aplicaciones de alto rendimiento como la nube y vehículos autónomos, pronto estará disponible en Estados Unidos, eliminando la necesidad de depender de cadenas de suministro internacionales. Este desarrollo llega en un contexto global de tensiones geopolíticas, ofreciendo a los clientes estadounidenses acceso directo a tecnología de última generación.
En el marco de esta reconfiguración, la industria se mueve a gran velocidad. La reciente decisión de EE. UU. de levantar el veto al acelerador NVIDIA H20 sugiere un clima industrial optimista, aunque, según Wei, TSMC aún no ha recibido pedidos nuevos para este modelo. NVIDIA sigue jugando un papel crucial con su inversión de 500.000 millones de dólares en la cadena de IA estadounidense, impulsando una reindustrialización tecnológica que sitúa a Arizona como un epicentro emergente.
Mientras Taiwán permanece como núcleo de la producción global de TSMC, Estados Unidos se consolida como su segunda prioridad estratégica. La infraestructura estadounidense de 2 nm y centros de innovación tecnológica aspiran a equiparar la capacidad de Asia, en un esfuerzo geopolítico e industrial sin precedentes.
En suma, la visión de TSMC para Arizona trasciende lo industrial, proyectando un ecosistema completo de diseño y fabricación de semiconductores en EE. UU. Con estas iniciativas en marcha, el estado está destinado a convertirse en un bastión tecnológico fundamental, subrayando que el futuro de la fabricación de chips en Norteamérica es una realidad tangible. TSMC emerge como el actor principal en esta transformación, marcando un nuevo capítulo en la era de la supercomputación y la inteligencia artificial con un sello distintivamente norteamericano.
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