La carrera tecnológica por el desarrollo de nodos cada vez más pequeños sigue avanzando a pasos agigantados. Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) ha confirmado que su proceso de 2 nanómetros (nm) estará listo para iniciar la producción en el cuarto trimestre de 2025. Este importante avance contará con clientes de renombre como Apple, Qualcomm, AMD, Broadcom, MediaTek e Intel, quienes ya han asegurado su lugar en la primera fase de producción.
El costo de producción, cifrado en 30,000 dólares por oblea, no ha frenado la demanda, al contrario, ha generado una avalancha de reservas anticipadas por parte de las grandes empresas tecnológicas. Estos avances son cruciales en un sector donde los semiconductores son la base de innovaciones en inteligencia artificial, dispositivos móviles y supercomputación.
TSMC no se limita a Taiwán en su expansión. Con plantas en Hsinchu y Kaohsiung, también establecerán bases en Arizona, Estados Unidos, y mantendrán operaciones en China y Japón. Se espera que para finales de 2025, TSMC produzca entre 4.5 y 5 millones de obleas al mes, cifra que podría superar los 10 millones en 2026 y alcanzar los 20 millones en 2028.
Apple será el principal consumidor inicial, acaparando casi el 50% de la capacidad, asegurando así recursos para sus innovaciones en iPhone, iPad y otros dispositivos. Qualcomm y MediaTek también desarrollarán procesadores con esta tecnología, mientras que AMD e Intel se centrarán en CPUs y GPUs de alto rendimiento.
En cuanto a la competencia, TSMC sigue liderando el mercado por su capacidad tecnológica y su vasta red de clientes. Samsung y el consorcio japonés Rapidus aún están lejos de representar una amenaza real, dado el historial de innovación y producción estable de TSMC.
La demanda de chips está impulsada por el crecimiento de la inteligencia artificial, que requiere procesadores cada vez más densos y energéticamente eficientes. TSMC prevé un incremento del 30% en sus ingresos anuales para 2025, respaldado por el auge de los chips de alto rendimiento.
Además, la estrategia geopolítica juega un papel crucial. La participación de clientes estadounidenses en los ingresos de TSMC se elevará, reforzando la relación simbiótica entre Silicon Valley y Taipéi. Está previsto que, para 2030, un tercio de la capacidad de producción de 2 nm se establezca en Estados Unidos, en respuesta tanto a la presión política como a la necesidad de diversificación.
Estos desarrollos no solo cambian la dinámica del mercado de semiconductores, sino que también reflejan el impacto de la tecnología en la estructura económica y política global, reafirmando la importancia de la innovación en la competitividad internacional.
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