La compañía taiwanesa TSMC ha dado un paso decisivo en su expansión internacional al anunciar una inversión adicional de 100.000 millones de dólares en Estados Unidos. Este movimiento consolida su posición como líder en la fabricación de chips y refuerza su alianza con Estados Unidos en una pugna cada vez más evidente por el dominio tecnológico frente a China.
Con esta decisión, la inversión total de TSMC en Arizona asciende ahora a 165.000 millones de dólares, los cuales se destinarán a la construcción de tres nuevas fábricas de chips, dos instalaciones de empaquetado avanzado y un centro de investigación y desarrollo. Este megaproyecto sitúa a Estados Unidos en el centro de la producción global de semiconductores avanzados, mientras que China se enfrenta al desafío de encontrar formas de contrarrestar este cambio que podría desequilibrar la balanza tecnológica mundial.
La apuesta de TSMC por Estados Unidos busca no solo asegurar suministros críticos para grandes empresas tecnológicas como Apple, NVIDIA, AMD, Broadcom y Qualcomm, sino también ubicar a Arizona como el nuevo eje de la industria de chips. El impacto económico será significativo, generando aproximadamente 40.000 empleos directos en los próximos cuatro años y estimulando tanto la construcción como la innovación tecnológica en la región.
«En 2020, gracias a la visión y el apoyo del presidente Trump, nos embarcamos en nuestro viaje para establecer la fabricación avanzada de chips en los Estados Unidos. Esta visión ahora es una realidad», declaró el Dr. CC Wei, CEO de TSMC, reflejando cómo el apoyo político previo ha facilitado esta ambiciosa expansión.
El anuncio de TSMC surge en un momento crítico en la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China. Mientras Washington implementa medidas para limitar el acceso chino a tecnología avanzada, Pekín busca alternativas, como la adopción de la arquitectura RISC-V y la aceleración de su propia producción de semiconductores. Aunque se había especulado sobre una posible alianza entre China e Intel para contrarrestar la influencia de TSMC, esta expansión masiva en territorio estadounidense hace que tal estrategia parezca ahora menos viable.
La industria de semiconductores es fundamental para el desarrollo de la inteligencia artificial, la computación avanzada y la tecnología 5G, y TSMC se perfila como elemento clave en la estrategia de Estados Unidos para dominar el sector. NVIDIA ha respaldado esta perspectiva, afirmando que «las nuevas fábricas de TSMC serán el pilar fundamental de una nueva cadena de suministro de tecnología centrada en los Estados Unidos».
Con esta inversión histórica, Estados Unidos busca asegurar su autonomía en la producción de chips avanzados, obligando a China a redoblar esfuerzos para acelerar su industria local sin acceso a las tecnologías de punta de TSMC. Las implicaciones de este movimiento se extenderán a lo largo de la próxima década, dejando al mundo expectante de cómo China responderá a un golpe estratégico que redefine el futuro de la industria global de semiconductores.