En un sorpresivo giro diplomático, Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, se reunió este viernes en Palm Beach, Florida, con Mark Rutte, secretario general de la OTAN. Este encuentro, que no había sido anunciado previamente, se centró en los desafíos de seguridad que enfrenta la Alianza Atlántica, en particular la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Trump, aún en proceso de conformar su equipo de gobierno que lo acompañará a partir de enero en la Casa Blanca, discutió con Rutte sobre la necesidad de incrementar el gasto en defensa de los Estados miembros de la OTAN hasta el 3% del PIB, una promesa central de su campaña. Rutte también aprovechó para reunirse con Mike Waltz, congresista recién nombrado asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La reunión supone el primer contacto oficial entre Trump y Rutte desde que el exmandatario ganó las elecciones presidenciales frente a la vicepresidenta Kamala Harris el pasado 5 de noviembre. En medio de las conversaciones, Trump prometió acabar con la guerra en Ucrania en tan solo 24 horas una vez asuma el poder. A pesar de estos anuncios, algunos líderes dentro de la Alianza Atlántica han expresado su inquietud ante el regreso de Trump, dada su controversial gestión en temas de defensa durante su primer mandato. En este proceso de transición, Trump ha señalado también a Alex Wong como asesor adjunto de Seguridad Nacional y a Sebastian Gorka como próximo asesor en lucha antiterrorista.
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