El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se mostró satisfecho tras su primera reunión cara a cara con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante la cumbre de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) en Kuala Lumpur. La reunión giró en torno a la solicitud de Lula para que Trump retire un arancel del 50% impuesto a las exportaciones brasileñas. Describió el encuentro como “excelente” y anunció que sus respectivos equipos se reunirán para resolver las disputas comerciales que han afectado las relaciones bilaterales. A pesar de las diferencias ideológicas, ambos líderes han encontrado puntos en común, como su disposición para el diálogo y la resolución de conflictos.
El evento también sirvió como plataforma para que Lula se ofreciera como mediador en la crisis política de Venezuela, buscando un enfoque pacífico en la región. Mientras tanto, en un contexto de tensiones comerciales globales, Trump se prepara para un próximo encuentro crucial con el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur, con el objetivo de aliviar el conflicto arancelario entre ambos gigantes económicos. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó el interés de su país en profundizar la relación comercial con Brasil, posiblemente desplazando a China como su principal socio. Estas discusiones se situaron en medio de una serie de desafíos diplomáticos que ambos países están tratando de navegar.
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