El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado sus presiones geopolíticas al proponer sanciones y medidas comerciales contra Rusia y China, en un intento por poner fin a la invasión rusa de Ucrania. Trump instó a los miembros de la OTAN a imponer severas sanciones a Rusia y cesar la compra de petróleo ruso. Además, propuso aranceles significativos a China, principal importador de crudo ruso, con el objetivo de forzar un cambio en Moscú. Sin embargo, su estrategia enfrenta retos, ya que muchos socios de la OTAN, excepto Hungría y Eslovaquia, ya han dejado de importar petróleo ruso. Aun así, Trump expresó su disposición a actuar en coordinación con los aliados cuando estén listos.
El anuncio de Trump se produce tras un incidente con drones rusos en el espacio aéreo de Polonia, lo que aumentó la presión sobre él para responder firmemente. En este contexto, Trump ha intentado utilizar sus relaciones personales con Vladímir Putin para influir en la situación, aunque sin éxito tangible hasta ahora. Paralelamente, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China persisten, con encuentros próximos previstos en Madrid para resolver disputas arancelarias. A pesar de los intentos de negociación, Rusia continúa su campaña militar, incrementando recientemente sus ataques sobre Ucrania, mientras Trump advierte que solo una acción conjunta de la OTAN podría acelerar el fin del conflicto.
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