En una declaración que marca un nuevo nivel de tensión, el presidente de Estados Unidos ha arremetido contra su homólogo ruso, criticando duramente los recientes bombardeos llevados a cabo por Rusia. En un discurso cargado de firmeza, el mandatario estadounidense ha dejado claro su descontento con las acciones militares del Kremlin, que han intensificado la crisis internacional. Haciendo uso del lenguaje más severo hasta ahora, ha calificado los actos rusos como «inaceptables», subrayando la necesidad de una respuesta contundente.
El presidente también ha señalado que, ante la falta de disposición de Rusia para avanzar hacia una resolución pacífica, Estados Unidos está considerando seriamente la implementación de nuevas sanciones. Estas medidas buscarían aumentar la presión sobre el gobierno ruso en un intento de detener las agresiones continuas. A la espera de una reacción oficial de Moscú, la comunidad internacional observa con atención cómo esta escalada retórica podría influir en futuros movimientos diplomáticos y militares en la región.
Leer noticia completa en El Mundo.